Somos muchos los que nos preguntábamos hace tiempo por qué razón la sociedad italiana se quedaba impasible ante la conducta criminal de su Primer Ministro. Algunos aseguraban que la explicación estaba en el control férreo que éste ejerce sobre los medios de comunicación y, muy especialmente, sobre la televisión, medio que Berlusconi utiliza como herramienta de defensa y propaganda personal. Pero mira por dónde, resulta que esa máxima de "si lo dice la tele, será porque es verdad" ha caído en picado gracias al quinto o sexto poder –ya no se sabe– que es Facebook. Y lo más bonito del caso, en tanto que lo hace mucho más creíble, es que las movilizaciones que se inician en esta red social parten, a menudo, de un particular o de una pequeña asociación, que es lo que ha ocurrido en Italia, donde desde el principio ha quedado patente que detrás de las manifestaciones no se encuentra ninguna ideología política, sino la gran indignación de las mujeres y hombres de ese país. Una vez más, Facebook ha dejado claro su futuro como medio de comunicación en el más estricto sentido de la palabra.
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